jueves, 30 de abril de 2015

Arriesgando la vida en México

Publicado originalmente el 8 de marzo de 2015 en Expreso, Diario de viajes

La primera vez que me di cuente del miedo que existía por viajar a México fue en Nueva York. En una ciudad con miles de inmigrantes de mi país resultaba de lo más común que en cualquier restaurante me atendiera un compatriota, y que en las conversaciones la situación de México saliera a relucir.
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Dado que desde el gobierno del presidente Felipe Calderón la seguridad en amplias zonas del país había empeorado considerablemente, y a que las noticias de las matanzas de narcotraficantes eran las más sonadas en la prensa internacional, no me hubiera sorprendido encontrar a gente de otro país contándome sus dudas sobre si debían ir a México. Pero no esperaba que fueran otros mexicanos residentes en el extranjero quienes manifestaran un miedo abierto a visitar su propio país.
Resulta una pena que, viniendo de un país tan diverso y rico culturalmente, cuando viajo al extranjero las primeras preguntas que me hagan no sean sobre nuestro pasado prehispánico, sobre nuestras maravillas naturales o sobre nuestras tradiciones. Pero tras casi una década desde que se inició un combate al narcotráfico que ha costado mucho a México, uno sabe que la seguridad es un tema inevitable.
Lo que siempre tengo que decir es que sí, México es un país con grandes problemas de inseguridad que no se resolverán en el corto plazo. Pero que esto no es una razón para privarse de lo mucho que mi país ofrece pues, afortunadamente, estos problemas están en gran medida limitados a sólo unas regiones, mientras que el resto del territorio se puede recorrer con no mayores precauciones que las que se tomarían en cualquier lugar.
Hace pocos meses, también tuve la oportunidad de viajar a Senegal. En mi círculo cercano la noticia resultó aterradora ¿cómo era posible que me internara en África, dónde el ébola causaba estragos? ¿por qué no actuar como un turista normal e irme a pasear a París?
De poco sirvió que asegurara que África era un continente muy grande, que Senegal estaba considerado como un lugar muy seguro o que enviara documentos mostrando que la Organización Mundial de la Salud había declarado al país libre de la epidemia. No hubo calma hasta que estuve de vuelta en casa.
Asimismo, mientras conocía Dakar y otras ciudades senegalesas, vi como en plena temporada alta la presencia de turistas era escasa. El miedo al ébola había hecho que los viajeros eligieran otros destinos, quienes vivían del turismo estaban desesperados por la falta de ingresos, y un lugar seguro y que tomó todas las medidas para asegurar la salud de sus ciudadanos y visitantes, pagaba las consecuencias de lo que ocurría en otros lugares. La falta de información generaba tristes dividendos.
México no se ha visto tan afectado debido a que tiene una industria turística muy fuerte, pero aun así sus números se han estancado y ha bajado en los rankings de naciones por número de visitantes. Como lo vi en África, esto tiene consecuencias graves para quienes viven del turismo, y resulta malo ver como ocurre cuando se debe únicamente a una percepción y a falta de información.
Como una persona que vive aquí hace casi tres décadas, y que nunca ha sufrido a consecuencias de la violencia, les recomiendo que se informen antes de venir sobre qué zonas son seguras y cuales evitar (de preferencia con alguien que viva por aquí), pero no dejen de disfrutar de un país que tiene mucho que ofrecer.
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Casa Luis Barragán

Publicada originalmente en Expreso, Diario de viajes el 3 de febrero de 2015

Zoraida Gutiérrez, curadora de la casa de Luis Barragán, Ciudad de México

Al caminar por las calles del barrio de Tacubaya, en la ciudad de México, difícilmente se posa la mirada sobre una construcción de fachada gris que en nada se distingue de las casas que la rodean. Sin embargo esta simple fachada esconde un tesoro de la arquitectura del país, pues fue construida y habitada por Luis Barragán, único premio Prikzter del país latinoamericano.
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La casa de Luis Barragán fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2004, tras lo cual el interés de visitantes de todo el mundo en conocerla se ha multiplicado. Dentro del lugar me encuentro con Zoraida Gutiérrez Ospina, curadora del recinto y subdirectora de la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán, encargada de proteger y difundir la obra del arquitecto. Con ella hablamos sobre el arquitecto y sobre su obra, un atractivo turístico que muestra una faceta muy diferente de la capital de México.
¿Quién fue Luis Barragán?
Fue el representante de la arquitectura del siglo XX más importante que ha tenido México. Al pasar los años su arquitectura se ha vuelto muy importante porque marca una pauta en el país y en toda América hasta trascender en Europa y Japón.
Fue un personaje muy sencillo que trabajaba de siete a cuatro en el taller que está a lado de la casa y que después se dedicaba a leer o platicar con los personajes más importantes de la cultura mexicana, tuvo una biblioteca anotada con 2,175 volúmenes. Todo esto enriquece su conocimiento
Sus vivencias en provincia y en Guadalajara tienen influencia en el primer movimiento de su arquitectura, la regionalista, va a tener la influencia de la arquitectura vernácula de Jalisco y Michoacán, así como de la Alhambra y del Mediterráneo. Después de terminar su carrera de ingeniero civil él viaja por España y con todo lo que observa allí empieza a generar una nueva arquitectura, un nuevo movimiento, al grado de que la arquitectura mexicana se divide en antes de Barragán y después de Barragán.
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 ¿En qué consiste ese movimiento?
 Lo principal es que va a retomar muchísimos elementos de la arquitectura de los pueblos los cuales va a abstraer y va a generar su propia obra, eso es fundamental en Barragán. Toma elementos de lo popular y los enraíza en su propia obra.
 ¿Cuáles son las diferentes secciones de la Casa?
 Se tiene el vestíbulo de acceso, el vestíbulo de recepción, el antecomedor, el comedor, el ventanal, la biblioteca que tiene dos espacios de consulta y de reunión, tiene las recámaras que son el cuarto blanco, el cuarto de visitas, el propio y hay un espacio llamada el cuarto de Cristo donde se arreglaba para montar a caballo.
Finalmente hay un espacio muy especial que es la terraza, que está manejada de una manera extraordinaria a través de los volúmenes arquitectónicos, el color, la vegetación y es un espacio que tiene una comunicación directa con el cielo; Barragán era muy religioso por lo que la comunicación con Dios era muy importante, su terraza está enmarcando el cielo.
¿Cómo surge la Fundación?
A raíz de la muerte de Barragán sus herederos, preocupados porque no se pierda su obra, crean la fundación y dan el 40% del valor de la casa para salvarla de la especulación, se consiguió el apoyo del gobierno de Jalisco y desde entonces el trabajo para conservar la obra es constante.
¿Por qué se reconoce esta casa como Patrimonio de la Humanidad?
Se le considera una de sus casas más importantes porque es el reflejo del pensar y ser de un arquitecto como tal. Se ven en ella sus vivencias y todos los elementos que tiene van a trascender en otros arquitectos y en otros movimientos de arte y cultura.
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¿En qué ha ayudado a la casa el nombramiento de la UNESCO?
Para nosotros ha sido una difusión mayor, que ha traído un incremento de visitantes y ha ayudado a que tanto la comunidad como el Gobierno hayan valorado tanto esta casa como toda la obra de Barragán. Aunque se ha perdido mucho desde la declaratoria se ha logrado el respeto a otras construcciones, cosa muy difícil porque la mayoría son particulares. Lugares como las Torres de Satélite, su escultura más importante es hoy muy valorada por la gente que vive cerca de ella.
La casa maneja las visitas bajo el formato de previa cita, ¿por qué se elige este modelo?
La casa tiene espacios grandes y espacios pequeños, no es posible tener a mucha gente en todos los espacios y si dejamos que la gente entre sola se perdería en un recorrido enredado, también nos permite un control de todo lo que contiene la casa, para evitar pérdidas, y son mejor los grupos chicos, máximo doce personas.
¿Es suficiente para atender la demanda?
Tenemos meses que son pico y meses que están más flojitos, aprovechando esto tratamos de acomodar las citas de modo que toda la gente pueda accesar, sin embargo la mayor parte de los días los tours están llenos. Estamos pensando empezar a abrir también los domingos para ver cómo funciona.
¿De dónde vienen los visitantes?
Nosotros recibimos de 10.000 a 12.000 visitantes al año de todos los países, antes teníamos muchos extranjeros y la mayor parte venía de Japón. Hoy Japón sigue siendo el más alto, pero se ha incrementado el turismo mexicano, sobre todo gracias a un proyecto para traer estudiantes de Arquitectura. En el caso de Europa España es uno de los países de donde vienen más visitantes.
La Fundación trabaja con otras obras de Barragán, ¿cuáles son éstas?
Principalmente tratamos de trabajar con los dueños de las casas que diseñó el arquitecto para que éstos las conserven y para que quienes las adquieren tengan conciencia de lo que está en sus manos. Tenemos la Casa Ortega, muy cerca de aquí; la Casa Gilardi, famosa por tener una alberca en su interior; La Casa Prieto López, que acaba de ser restaurada.
¿Es posible visitar estas otras obras?
En algunos casos ya que depende de los dueños. Nosotros podemos proporcionar los datos de las personas que permiten ver las casas, y además se organizan recorridos turísticos en Guadalajara donde hay parte importante de la obra.
¿Qué le dirían a un turista en la ciudad para que eligiera visitar la casa sobre otros lugares?
El extranjero que venga a México va a tener contacto con la arquitectura, ya sea popular en las viviendas, histórica en el centro, o moderna como El Pedregal, Coyoacán o Ciudad Universitaria. Todo tiene una arquitectura específica y toda ella tiene que ver de alguna manera con Barragán. Si tienes interés en la arquitectura todo te lleva a Barragán.
Expreso. Ciudad de México. Francisco Fontano. Fotos: F.F. y Casa Luis Barragán

miércoles, 29 de abril de 2015

Antiguo Colegio de San Ildefonso

Publicado originalmente el 18 de enero de 2015 en Expreso, Diario de Viajes


Entrevista a Cintya Zamora León, guía del Antiguo Colegio de San Ildefonso, México: Distrito Federal

En el centro de la ciudad de México se levanta el edificio del Antiguo Colegio de San Ildefonso. Construido durante la colonia por los jesuitas y uno de los más bellos ejemplos de arquitectura civil barroca en la ciudad.
Con el paso de los siglos el inmueble tuvo diversos usos, hasta que pasó a manos de la Universidad Nacional Autónoma de México, institución que, en 1992, lo destinó a ser un museo que se ha consagrado como uno de los más importantes de la ciudad, y que alberga un importante acervo arqueológico, histórico y artístico, principalmente mexicano.
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Cintya Zamora
En los patios del recinto encuentro a Cintya Zamora León, quien tras cursar la carrera de Historia ingresó como voluntaria al servicio de guías turísticos del museo. Ella nos platica tanto de su trabajo como de la institución donde lo ejerce.
¿Qué hace a San Ildefonso especial respecto a otros museos del país?
Su voluntariado, un programa que tiene veinte años y que permite que a todos los que, como yo, entramos aquí, se nos capacite para ser parte de este museo.
Además de esto el recinto tiene una arquitectura y unos murales que, más allá de las exposiciones, lo vuelven muy importante.
¿Cómo se inicia usted como guía turística?
Buscando trabajo llegué aquí y se me dijo que había ciertas especificaciones para poder dominar todos los temas del museo, en particular sus murales. Para lograr esto inicié una capacitación y en el entretiempo fui mediadora en salas, qué es cuando te colocan en una sala específica de las exposiciones temporales. Posteriormente hice mi examen y hoy soy parte de aquí.
¿El proceso es el mismo para cualquier candidato?
No, hay varios lugares y cada uno sigue un proceso. Te puedes especializar en eventos culturales, aspectos de talleres o mediador en salas.
Dado que el museo tiene en su mayoría exposiciones temporales ¿cómo se prepara para cada una de ellas?
En el caso de las exposiciones temporales suelen venir los responsables de la misma para capacitarnos, por ejemplo ahora tenemos una llamada ‘Muévete de Michael Andy’ y él vino en persona a capacitarnos, diciéndonos lo que quería transmitir. Además recibimos mucha información por escrito que cada persona va digiriendo a su ritmo. En el caso de una exposición de Darwin también se trajeron expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México que nos instruyeron sobre el tema.
¿Qué espera de usted la gente en su labor de guía?
La mayoría de los visitantes no tiene idea del museo, por lo que quieren que les cuente absolutamente todo, y entre ellos hay diversos grupos, desde los que me permiten soltarme y explicarles muy bien hasta los que ya vienen con un conocimiento previo e implican un reto pues buscan más información de lo que la mayor gente considera pertinente.
En su trato día a día con la gente, ¿cuál ha sido su peor y su mejor experiencia?
Realmente no he tenido experiencias difíciles, aunque en la exposición actual he tenido a muchas personas muy religiosas que por falta de información han pensado que van a ver cosas muy religiosas y se ha puesto muy pesado.
Mi mejor experiencia fue con un grupo de quince historiadoras, mi profesión, todas viejitas que a pesar de no venir a la visita guiada se quedaron conmigo durante las más de dos horas de recorrido, y fue muy bonito que al terminar, sabiendo que son historiadoras, me felicitaran por mi trabajo.
¿Cuál ha sido la exposición que más le ha gustado en su tiempo en el museo?
Definitivamente fue “Darwin: Apto para todas las especies” porque fue la primera con la que estuve en el museo, la primera que me acercó a la gente y la que me permitió conocer todo el proceso que se sigue en un museo para traer una exposición. Fue una experiencia que me enganchó a lo que hago.
Siendo que San Ildefonso es un edificio histórico, ¿cuál consideraría que es su lugar favorito?
Mi lugar favorito son los murales del patio norte, pintados por Clemente Orozco. ¿Por qué? Porque te cuentan toda la historia de la Revolución Mexicana a través de los ojos de uno de los mejores artistas mexicanos, fueron pintados entre 1922 y 1926.
¿En qué se distingue el servicio de guías de San Ildefonso respecto a otros museos?
Es un voluntariado de veinte años que es diferente porque te forma, te da una capacitación diferente y te da la oportunidad de desarrollarte a nivel profesional en otros museos a través de la constancia que se obtiene.
¿Cuántos visitantes extranjeros hay y en qué se diferencian de los mexicanos?
Pues yo creo que el visitante nacional trae menos conocimiento que el extranjero, el interés de los mexicanos en salir y conocer sus museos es bastante reciente, pero recientemente se están alineando ambos.
Aquí vienen muchísimos españoles y colombianos, además de visitantes de fuera de la ciudad. La mayoría son de habla hispana pues no hay un servicio de guías en otro idioma, aunque se puede solicitar a la coordinación si se requiere de uno, siendo el inglés el que mejor se maneja.
¿Por qué tendría que venir a San Ildefonso un visitante extranjero?
Tienen que venir porque implica mucho más que un museo, están las exposiciones que se dan pero también su arquitectura y su historia. San Ildefonso ha sido reconocido por otras instituciones como la National Gallery de Londres, así que aquí se abarcan muy bien los aspectos culturales de México.
Expreso. Ciudad de México. Francisco Fontano Patán.
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Museo de San Ildefonso

La pérdida del patrimonio

Publicado originalmente en Expreso, Diario de viajes el 8 de febrero de 2015

En diciembre de 2014 un periódico local levantó la voz de alerta. Una casa de estilo porfiriano, diseñada por el arquitecto Rafael Goyeneche y catalogada como un monumento de valor artístico por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) de México, estaba siendo destruida por una empresa constructora que pretende levantar una torre de 58 niveles en el predio que ocupa la casona histórica.
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Casa Goyeneche, en proceso de demolición
Al momento en que se conoció la noticia las autoridades de la ciudad de México intervinieron, clausurando la obra que, según expertos, ya había perdido 40% de su superficie. A pesar de las medidas, hoy los daños continúan.
El hecho lamentablemente no es aislado, y es una muestra de cómo la corrupción e inoperancia de las autoridades, así como el desinterés de la ciudadanía, le cuesta a una ciudad su patrimonio histórico, del cual parte la identidad de cualquier lugar.
La casa de Goyeneche es la última de una larga serie de intervenciones que han costado al Paseo de la Reforma, una de las avenidas más importantes de la ciudad, el 90% de sus monumentos artísticos; los turistas que hoy caminan por ella no verán en ella nada que los remita al bulevar de estilo parisiense que planeo Maximiliano de Habsburgo al diseñarlo, ni a las casas de estilo europeo que lo engalanaban a inicios del siglo XX. Las diez que sobreviven, ahogadas entre rascacielos sin valor arquitectónico, han quedado privadas del contexto urbano que les daba sentido.
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Nuevos rascacielos remplazan el patrimonio
Este ejemplo es lamentablemente sólo una muestra del riesgo en el que está el patrimonio de decenas de países en vías de desarrollo. Durante mis viajes por el mundo he podido ver como ciudades que otrora tenían una interesante arquitectura la han sacrificado en pos de una modernidad mal entendida: ni África, ni Asia, ni Latinoamérica se salvan de esto.
El turismo es una herramienta esencial para la conservación del patrimonio de países como México, el interés económico que implica, así como la vigilancia que instituciones internacionales hacen son fundamentales para que centros históricos y áreas arqueológicas se mantengan y protejan, e incluso tenemos ejemplos envidiables como Guanajuato. Pero es necesario que la protección y el interés vayan más allá de lo económico.
Tras vivir un año en España fui testigo de cómo incluso las ciudades pequeñas protegen su pasado, mismo que permite a sus habitantes tener muy valiosas señales de identidad. También en mis viajes he visto como las grandes ciudades no sólo conservan, sino que restauran sus monumentos cuando estos sufren algún daño.  Espero que llegue el día en que mi país y el resto del mundo tengan esa conciencia de la importancia de su pasado, antes de que otros lugares sufran el destino de la otrora emblemática avenida de mi ciudad.
 
Ciudad de México. México.
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Una de las pocas casonas históricas que sobreviven en Reforma

martes, 28 de abril de 2015

Fin de Máster

Caminos Sellados fue un proyecto del que tuve el gusto de ser fundador junto a cinco periodistas de viajes de cuatro países: Patricia Catania, Naiara Lemos, Marialenia Savvaidi, Anna Boschdemont y Guillem Griera. A través de un blog y de un posterior libro de viajes, se rendía homenaje a la tarjeta postal como elemento inseparable de los viajes, y se escribían textos que mezclaban el rigor periodístico e informativo, con un estilo epistolar. Todos estos textos se publicaron originalmente en www.caminossellados.com y terminaron con un premio internacional de periodismo de viajes. 
Dado que forman una serie, los iré publicando en orden cronológico.

Publicado originalmente el 2 de diciembre de 2014


Querido amigo:

Es increible lo rápido que pasa el tiempo, pero la aventura que inicié hace diez meses ha llegado a su fin. Para concluir el máster de Periodismo de Viajes asistí junto a mis compañeros de Caminos Sellados a la III Jornada de Comunicación, Viajes y Aventura organizada por la UAB. En este evento tuvimos la oportunidad de volver a mostrar nuestro trabajo de este año, Postales del Mundo, a un amplio público que asistió al aula magna de la Facultad de Ciencias de la Comunicación. Una nueva tribuna para dar a conocer este álbum del cual estamos tan orgullosos.

No estuvimos solos, y en la tribuna nos acompañaron los integrantes del resto de los grupos del máster, cuyos respectivos viajes durante este año también dieron lugar a interesantes y variados proyectos. Los productos surgidos del máster, además, fueron sólo una pequeña parte del evento, pues también tuvimos la oportunidad de escuchar y aprender de diversos profesionales del medio, en mesas dedicadas a asuntos como Mujeres Viajeras, el viaje para buscar historias periodísticas, el viaje con motivos solidarios y una interesante mesa donde tres escritores de libros de viaje hablaron sobre lo que han aprendido en el camino. En todos estos temas participaron personas como Rosa María Calaf, Pepa Roma, Jordi Canal, Xavi Medina y Jordi Pérez Colomé. Fue un privilegio compartir el foro y poder aprender de todos ellos.

Con el máster llegado a su final, llega el momento de dejar Cataluña y todas las experiencias que me ha dado, pero no llega el final de la aventura. Nuestro proyecto, Postales del Mundo ha iniciado su propio viaje de vuelta al país dónde nació, de dónde esperamos venga con buenas noticias que ya compartiré contigo. Asimismo, mi camino y el de los cinco compañeros y amigos que me han acompañado se bifurcan, pero no me cabe duda de que todos seguiremos descubriendo el mundo y compartiendo nuestras experiencias por este y otros medios. Los caminos de la vida son siempre largos y sinuosos, pero nos volveremos a encontrar en algún lugar, y con suerte tendré el privilegio de volver a trabajar a su lado.

Mientras llega el momento de volver a casa, te tocará a ti contestarme la pregunta que te hice en mi primera postal y decirme que tanto me ha cambiado esta aventura.

Nos vemos pronto, y nos volveremos a escribir.

Francisco.

‘El mago de Oz’, de Victor Fleming

Caminos Sellados fue un proyecto del que tuve el gusto de ser fundador junto a cinco periodistas de viajes de cuatro países: Patricia Catania, Naiara Lemos, Marialenia Savvaidi, Anna Boschdemont y Guillem Griera. A través de un blog y de un posterior libro de viajes, se rendía homenaje a la tarjeta postal como elemento inseparable de los viajes, y se escribían textos que mezclaban el rigor periodístico e informativo, con un estilo epistolar. Todos estos textos se publicaron originalmente en www.caminossellados.com y terminaron con un premio internacional de periodismo de viajes. 
Dado que forman una serie, los iré publicando en orden cronológico.

Publicado originalmente el 23 de noviembre de 2014


Querido amigo:

Uno de los más grandes clásicos de la historia del cine está estrechamente ligado con un viaje, y con todo lo que esta acción representa para nosotros. Se trata de El mago de Oz, película que cautivó a las audiencias en 1939 y que desde entonces es uno de los pilares de la historia del cine.
La película se basa en la novela El maravilloso mago de Oz de Frank L. Baum, y si bien no fue la primera ni la última adaptación de estas novelas, es sin duda la más importante. Entre sus logros se encuentran el ser una de las primeras cintas en hacer uso del color como un elemento narrativo de la historia, además de que legó algunas canciones igualmente icónicas en una época en que el séptimo arte era difícilmente concebido sin números musicales, pero pasemos a la historia y a los viajes que hay en ella.

Dorita (Judy Garland) es una chica apunto de alcanzar la madurez, quien crece aburrida en una granja en el estado de Kansas, ahí se mete en problemas por el comportamiento de su perro Toto, pero no encuentra apoyo de sus tíos, que están muy ocupados preparándose para una tormenta. Dorita escapa de su hogar, sólo para decidir regresar, pero antes de hacerlo es atrapada por un tornado que la llevará muy lejos de casa, pues al terminar la tormenta ella y Toto se encuentran en el fantasioso mundo de Oz.
Empieza ahí un viaje para la chica cuyo objetivo final es volver a su hogar, para lo cual se le da la misión de alcanzar la enorme Ciudad Esmeralda para pedir ayuda al mago que gobierna este mundo. Dentro de este periplo, tendrá la oportunidad de descubrir el maravilloso mundo al que la suerte la ha llevado y conocerá tanto lo bueno como lo malo de él al recorrer el camino amarillo y encontrarse con aliados entre los que destacan El Espantapájaros, El Hombre de Hojalata y El León Cobarde. Cada uno de estos personajes se sumará la aventura y dentro del viaje encontrarán dones que creen que les hacen falta.

Al final Dorita vuelve a casa y la aventura le deja como enseñanza que “no hay lugar como el hogar“. El film ha sido influyente hasta nuestros días y recientemente dio lugar a una precuela Oz: el poderoso, que rindiendo homenaje a su antecesora nos muestra el viaje del mago y cómo llegó a residir en Ciudad Esmeralda.

Sobra decir que los lugares que Dorita ve, a excepción de la Kansas rural, están fuera de nuestro alcance. Pero todo lo que ella experimenta podemos vivirlo en cualquier viaje que emprendamos, la emoción de descubrir nuevos lugares, de conocer nuevas personas y de vencer los retos y dificultades que se nos presenten en el camino son cosas que todo viajero vive cada que deja su vivienda.

Y como Dorita aprendió, no hay lugar como el hogar, y toda aventura termina cuando regresamos a casa. Eso sí, para siempre quedan las aventuras y enseñanzas, así como el deseo de volver a salir y recorrer nuevos caminos. Aunque la película ya no lo cuente, poca duda me cabe de que Dorita no se quedaría sin volver a ver el mundo que empezó a descubrir.

Te recomiendo que no te pierdas este clásico del cine, y que lo tengas presente cada vez que inicies una nueva travesía.

Hasta que nos reencontremos en casa.

Un abrazo.

El mar comiéndose la tierra

Caminos Sellados fue un proyecto del que tuve el gusto de ser fundador junto a cinco periodistas de viajes de cuatro países: Patricia Catania, Naiara Lemos, Marialenia Savvaidi, Anna Boschdemont y Guillem Griera. A través de un blog y de un posterior libro de viajes, se rendía homenaje a la tarjeta postal como elemento inseparable de los viajes, y se escribían textos que mezclaban el rigor periodístico e informativo, con un estilo epistolar. Todos estos textos se publicaron originalmente en www.caminossellados.com y terminaron con un premio internacional de periodismo de viajes. 
Dado que forman una serie, los iré publicando en orden cronológico.

Publicado originalmente el 22 de noviembre de 2014


Querido Leonardo:

Te escribo esta carta recién llegado de mi primera visita a África. Una aventura que me abrió nuevos horizontes viajeros y me enseñó todo lo que queda por descubrir en el mundo. En concreto visité Senegal, y tuve la oportunidad de recorrer varios de sus lugares más importantes, pero hoy te escribo para contarte de uno en particular, que me invitó a reflexionar mucho.

Mar avanzando sobre la Langue de Barbarie, Senegal

Al norte del país se encuentra la ciudad de San Luis, la antigua capital colonial francesa y uno de los lugares con más encanto que vi. San Luis, a donde llegar es una aventura que incluye pasar cuatro horas en un taxi colectivo mientras se cruza la estepa africana, tiene una geografía muy particular. La ciudad se compone de tres zonas, un barrio de pescadores, una zona continental donde vive el grueso de la población, y la isla de San Luis, que se corresponde a la zona histórica y que se ubica en medio del río Senegal, que da nombre al país.
La situación de la isla era la causa de que ocasionalmente todas sus calles se inundaran con la crecida del río, por lo que se recurrió a una solución de ingeniería para evitar esto. Se abrió un pequeño corte de cinco metros en la Langue de Barbarie, una larga franja de arena que separaba el río del feroz océano Atlántico, para permitir que el agua del río saliera por ahí sin anegar las calles de San Luis. Nunca supusieron que se trataba de un terrible error.

La Langue de Barbarie resultó ser un lugar muy delicado, y el corte que se le hizo la dejó a merced de la erosión causada por la fuerza de las olas, en pocos años el pequeño boquete se ha extendido por kilómetros sin que sea detenido, y a afectado a varios resorts turísticos obligados a cerrar, así como a los pescadores locales, que ahora deben enfrentar al furioso mar para ejercer su oficio. Decenas han perdido la vida.

Descubrí todo esto acompañado de Pathe, un guía local que me llevó en su barca al punto mismo donde hoy el mar y la lengua de arena se encuentran. El paisaje es hermoso y atrae tanto por su playa como por su naturaleza, sin embargo el mar continúa avanzando como atestiguan los árboles hoy medio hundidos en el océano. Es impresionante pensar que los lugares por los que caminé tan tranquilamente estarán bajo el agua en tan sólo unos meses. Dentro de pocos años el problema llegará a afectar al parque natural que se extiende al final de la lengua de arena.

Barca en el río Senegal

El viajar nos lleva a descubrir lugares hermosos en el mundo, pero también a reflexionar sobre nuestro mundo, la gente que vive en él y, en este caso, del daño que los humanos causamos. Una acción aparentemente tan sencilla acabó por provocar un desastre ecológico que, al tiempo que te escribo, unos ingenieros neerlandeses estudian para tratar de resolver.
Ahora tú empiezas a vivir en un mundo que estamos cambiando aceleradamente, por lo que cuando crezcas no será el mismo, a menos que como sociedad mejoremos muchos de nuestros hábitos. Esperemos que sea así, para que dejemos de destruir todo aquello que a la naturaleza le tomó milenios legarnos.

Desde esta África que tanto tu madre como yo hemos descubierto, me pregunto qué viajes harás y qué descubrirás en ellos, lo sabremos a su tiempo.

Un beso.

Tu tío.

La huella de los Caballeros de Malta

Caminos Sellados fue un proyecto del que tuve el gusto de ser fundador junto a cinco periodistas de viajes de cuatro países: Patricia Catania, Naiara Lemos, Marialenia Savvaidi, Anna Boschdemont y Guillem Griera. A través de un blog y de un posterior libro de viajes, se rendía homenaje a la tarjeta postal como elemento inseparable de los viajes, y se escribían textos que mezclaban el rigor periodístico e informativo, con un estilo epistolar. Todos estos textos se publicaron originalmente en www.caminossellados.com y terminaron con un premio internacional de periodismo de viajes. 
Dado que forman una serie, los iré publicando en orden cronológico.

Publicado originalmente el 21 de octubre de 2014


Querida amiga:

Gran parte de lo que podrás ver en Malta se debe a los Caballeros de San Juan. La orden, fundada en 1099 durante las cruzadas, llegó a la isla en 1530, exiliados de Rodas tras ser derrotados por el Imperio Otomano que se expandía sobre Europa Oriental. En 1565, otomanos y caballeros se volvieron a ver las caras cuando el Imperio invadió Malta para tratar de eliminar a sus enemigos y avanzar luego sobre Italia, pero esta vez, tras un duro asedio de cuatro meses, los caballeros triunfaron, y fueron reconocidos como héroes de la cristiandad por detener el avance de los musulmanes.

Torre cuadrangular de Qrendi, defensa de los caballeros
Tras la victoria, llovieron regalos y dinero en agradecimiento, y los caballeros se dispusieron a convertir en su hogar lo que era un territorio muy pobre. Siguiendo un ideal urbanístico del renacimiento, levantaron una nueva capital que dominaba el Mediterráneo, y la nombraron La Valeta en honor al gran maestre de la orden. Sus calles se llenaron de cuarteles, iglesias y palacios que hoy se mantienen casi sin cambios, lo cual hace que pasear por sus calles sea un viaje en el tiempo.
No fue esta la única ciudad creada ni embellecida por los caballeros, pues estos dejaron una marca notable en toda la isla. Temerosos de otra invasión, levantaron a lo largo de siglos un completo sistema defensivo a base de murallas y torres que protegía todo el territorio, e incluso hubo palacios fortalecidos lejos de las costas. Ese temido ataque nunca llegó, y hoy las murallas son una de las más completas del mundo.

A cada paso que des en el país descubrirás la influencia de la orden. Tan grande es su relación que hasta hoy se les conoce como Caballeros de Malta.

Un saludo.

lunes, 27 de abril de 2015

‘¡Que viva México!’ (1979), de Sergei Eisenstein

Caminos Sellados fue un proyecto del que tuve el gusto de ser fundador junto a cinco periodistas de viajes de cuatro países: Patricia Catania, Naiara Lemos, Marialenia Savvaidi, Anna Boschdemont y Guillem Griera. A través de un blog y de un posterior libro de viajes, se rendía homenaje a la tarjeta postal como elemento inseparable de los viajes, y se escribían textos que mezclaban el rigor periodístico e informativo, con un estilo epistolar. Todos estos textos se publicaron originalmente en www.caminossellados.com y terminaron con un premio internacional de periodismo de viajes. 
Dado que forman una serie, los iré publicando en orden cronológico.

Publicado originalmente el 12 de octubre de 2014

Querido amigo:

En 1930 el gran director soviético Sergei Eisenstein llegó a México para trabajar en la que sería su película más ambiciosa. Tras el reconocimiento internacional que filmes como El acorazado Potemkin (1925) y Octubre (1927) le habían merecido, el cineasta tomó la decisión de continuar su carrera lejos de su Rusia natal y viajó a Hollywood. Donde, tras varios proyectos fallidos con la Paramount, Eisenstein consiguió financiamiento de parte de Upton Sinclair, quien le dio total libertad creativa bajo la condición de que el escenario y la historia ocurrieran en México.

El director llegó al país sin un plan definido, sin saber que con su llegada a México iba a iniciar un viaje que superaría todas sus expectativas, y que lo enamoraría de una nación a la que admiraba por haber triunfado con una revolución social, refiriéndose a la reciente Revolución Mexicana.
El viaje de Eisenstein lo llevó por varios rincones del país. Desde Yucatán, donde conoció la cultura maya; hasta Hidalgo, donde visitó las haciendas pulqueras; y pasando por el Istmo de Tehuantepec, donde presenció una boda tradicional. Todo lo que presenció se fue sumando en su cabeza para hacer un ambicioso proyecto donde exploraría la historia, geografía y cultura mexicana a través de diferentes episodios.
El soviético no pudo dejar de filmar mucho de lo que veía, y su viaje se extendió más allá de lo planeado, hasta que sus patrocinadores, cansados, le retiraron el apoyo. El director aún tenía pendiente la grabación de las escenas de la última parte de su cinta, pero aceptó volver a Estados Unidos y editar la cinta a partir de las 50 horas de celuloide grabadas, lamentablemente, se encontró con que su ingreso al país fue bloqueado por las autoridades, y al volver a Moscú, nunca pudo recibir las cintas en casa para editarlas desde allá. Su obra magna quedaría así, trunca.

Sin embargo, la historia de la película, llamada ¡Que viva México!, continuaría. Los productores originales usaron el material para estrenar tres cortometrajes, pero sería en 1979 cuando Grigori Aleksandrov recuperó el material original y editó una versión de la cinta basada en los apuntes dejados por el ya fallecido Eisenstein. Esta versión hoy está disponible y nos permite compartir el viaje del director por nuestro país, y maravillarnos con aquellos aspectos de nuestra cultura que más le interesaron: el día de los muertos, las procesiones a la virgen de Guadalupe, las corridas de toros… Además se puede notar el buen ojo para la cámara que tenía uno de los más grandes de la historia del cine.

Te recomiendo que busques la cinta y que hagas un maravilloso viaje a México y a su pasado. Ya me platicarás entonces tus impresiones.

Saludos.

La rambla de La Valeta

Caminos Sellados fue un proyecto del que tuve el gusto de ser fundador junto a cinco periodistas de viajes de cuatro países: Patricia Catania, Naiara Lemos, Marialenia Savvaidi, Anna Boschdemont y Guillem Griera. A través de un blog y de un posterior libro de viajes, se rendía homenaje a la tarjeta postal como elemento inseparable de los viajes, y se escribían textos que mezclaban el rigor periodístico e informativo, con un estilo epistolar. Todos estos textos se publicaron originalmente en www.caminossellados.com y terminaron con un premio internacional de periodismo de viajes. 
Dado que forman una serie, los iré publicando en orden cronológico.

Publicado originalmente el 7 de octubre de 2014


Hermano:

Calle en La Valeta

Tú, que viviste tan cerca de ella, lo padeciste más que yo. Así que poco puedo decirte de lo molesto que es para los habitantes de la zona, la enorme e inagotable masa de turistas que a toda hora caminan por La Rambla de Barcelona. El problema es grave y tuvimos la oportunidad de analizarlo en la clase de Destinos Turísticos, con Oriol Miralbell.

Miralbell, con quien también debatimos sobre Bye Bye Barcelona, hizo un análisis muy interesante del tema, desde ver la historia del turismo (que fue de ser un lujo para millonarios en el pasado a un derecho de todos en nuestro presente) hasta los retos que enfrenta hoy en día, y que pasan por una crisis de sostenibilidad, y por una ética de consumo. Por ejemplo, sabemos que los cruceros que entran cada día a Venecia están causando su acelerada degradación. Pero pensando sólo en nuestra comodidad no nos importa y vamos allá en esas enormes embarcaciones.
Otros problemas que estudiamos incluyen la convivencia, cuando el visitante se comporta sin civismo, y la gentrificación, cuando el número de visitantes es tal que desplazan al local, dando lugar al fenómenos de las ciudades museo.

 Todo esto me vino a la mente cuando viajé a Malta. Aunque el número de visitantes no es el mismo, Triq ir-Repubblika, la avenida principal de La Valeta, tiene un número de caminantes que a ciertas horas también resulta agobiante. La degradación ambiental y cultural es un riesgo en Comino, donde es difícil disfrutar su laguna Azul en una playa donde estás codo con codo con el viajero de al lado, y el turismo de fiesta y shopping que tanto atrae ha provocado una peligrosa pérdida de patrimonio en Sliema y Saint Julian’s.

Desarrollos turísticos amenazando los fuertes de Malta
El 80% de los ingresos de Malta vienen del turismo, y de momento el país ha sabido gestionarse para evitar el agobio que uno siente en lugares como Praga o Lisboa. Pero los problemas de otras ciudades deben servir de alerta tanto a los malteses como a el resto del mundo.

Sabes que yo adoro el viajar y me encanta que todos puedan hacerlo, pero todos los que recorremos el mundo tenemos que repensar esta actividad para que resulte benéfica y no destructiva.

Habrá que meditarlo antes de la próxima aventura.

Paco

Los rincones de Guanajuato

Caminos Sellados fue un proyecto del que tuve el gusto de ser fundador junto a cinco periodistas de viajes de cuatro países: Patricia Catania, Naiara Lemos, Marialenia Savvaidi, Anna Boschdemont y Guillem Griera. A través de un blog y de un posterior libro de viajes, se rendía homenaje a la tarjeta postal como elemento inseparable de los viajes, y se escribían textos que mezclaban el rigor periodístico e informativo, con un estilo epistolar. Todos estos textos se publicaron originalmente en www.caminossellados.com y terminaron con un premio internacional de periodismo de viajes. 
Dado que forman una serie, los iré publicando en orden cronológico.

Publicado originalmente el 23 de septiembre de 2014


Amiga:

Ya que el otro día me comentaste cómo el escuchar de Chalma te despertó la curiosidad por lo mucho que México tiene que ofrecer más allá de sus playas, hoy te escribo para platicarte de otro de sus rincones, y uno de mis lugares favoritos, la ciudad de Guanajuato.

¿Por qué es un lugar que me encanta? Porque ha sido fundamental para el pasado de mi país, caminando por sus calles no sólo te quedarás con un hermoso paseo lleno de estampas de plazas, parques y pintorescos callejones, sino que en pocas cuadras conocerás mucho sobre la historia de México.
Basílica de Nuestra Señora, Guanajuato
La ciudad, capital del estado homónimo, fue fundada en 1548. Se encuentra en una zona desértica, pero rica en minerales y, mientras se expandían al norte del territorio, los españoles descubrieron su abundancia en plata. Buscando explotar este metal precioso, fundaron muchos lugares que hoy presumen su arquitectura colonial por el llamado Bajío.
De esta época datan los más icónicos edificios de la ciudad. Te recomiendo el templo de la compañía, que tiene la fachada con más riqueza artística entre las iglesias de la ciudad; la Universidad de Guanajuato, que hasta la fecha tiene un uso académico, y la Basílica de Nuestra Señora, que domina una de las más bellas plazas de un lugar que no carece de ellas.


Gracias a la minería, Guanajuato fue una de las ciudades más importantes de la época colonial, y también fue protagonista de la guerra de independencia de México. En sus calles se peleó la primera gran batalla entre insurgentes y españoles, misma que culminó con un sitio y una matanza en la alhóndiga de granaditas, antiguo almacén de granos que hoy es un interesante museo.
Guanajuato tuvo su segundo momento de gloria a finales del siglo XIX, la ciudad fue embellecida con obras como el Teatro Juárez y el mercado. Pero lo más digno de alabar no es toda la riqueza arquitectónica de la ciudad, sino su capacidad de conservarla, eso mismo le valió ser reconocida como Patrimonio de la Humanidad, y la gestión de este patrimonio es un ejemplo para el resto de México, que no siempre es exitoso a la hora de cuidar las huellas de su pasado.

Panorámica de Guanajuato

Ya en el siglo XX, Guanajuato se ha convertido en una capital cultural, y te interesará saber que ha abrazado su origen hispano. Tanto así que cada año celebran el Festival Internacional Cervantino, nombrado en honor al creador del Quijote y donde cada año puedes apreciar una enorme variedad de teatro, música, danza y exposiciones de todo el mundo.
Podría seguirte hablando largo tiempo de Guanajuato, una de nuestras ciudades más interesantes, pero se acaba el espacio. No queda sino recomendarte que la visites y la descubras tú misma.

Un saludo.

viernes, 24 de abril de 2015

Monasterio de Sant Cugat

Caminos Sellados fue un proyecto del que tuve el gusto de ser fundador junto a cinco periodistas de viajes de cuatro países: Patricia Catania, Naiara Lemos, Marialenia Savvaidi, Anna Boschdemont y Guillem Griera. A través de un blog y de un posterior libro de viajes, se rendía homenaje a la tarjeta postal como elemento inseparable de los viajes, y se escribían textos que mezclaban el rigor periodístico e informativo, con un estilo epistolar. Todos estos textos se publicaron originalmente en www.caminossellados.com y terminaron con un premio internacional de periodismo de viajes. 
Dado que forman una serie, los iré publicando en orden cronológico.

Publicado originalmente el 3 de julio de 2014


Querido amigo:

Vivir fuera de Barcelona me ha permitido conocer una mayor variedad de lugares de los que ven muchos visitantes, y así he logrado aprovechar mi estancia en Cataluña al máximo. Por supuesto, la capital de la provincia ejerce un magnetismo irresistible, y cada semana tomo el tren para disfrutarla al menos un día. Pero esos viajes en tren me han llevado a pasar por otras muchas ciudades y finalmente la curiosidad me ha llevado a visitarlas. ¿Alguna vez has escuchado de Rubí, Terrassa, Castellar o Palau Solità? Pues todos ellos son lugares cercanos a la Ciudad Condal, con algo que ofrecer e ignorados por los millones de personas que eligen Barcelona. Recorriéndolos, he conocido mucho más de Cataluña, y he cumplido el sueño de todo viajero de llegar a donde pocos lo hacen.
Hoy te escribo para contarte de uno de esos lugares, Sant Cugat del Vallès.

Atrio del monasterio de Sant Cugat

Sant Cugat queda a medio camino entre Barcelona y mi universidad, y aunque pocos extranjeros reparen en él, es uno de los puntos más importantes de la región del Vallès Occidental. En su centro tiene el antiguo monasterio de Sant Cugat, una abadía benedictina en excelente estado de conservación y que hoy aloja un interesante museo.
Al visitar el lugar, aprendí en primer lugar que el Cugat catalán se traduce como Cucufate en español, y es el mismo a quien la tradición en México acude para encontrar objetos perdidos, pero más allá de esta curiosidad, resulta que el lugar fue tan importante que durante la Edad Media fue el monasterio más poderoso del condado de Barcelona, y se convirtió en un auténtico centro de poder al que decenas de templos cercanos le estaban subordinados. Fue así fundamental para el desarrollo de la región.

Basílica de Sant Cugat

El museo de Sant Cugat, alojado en el monasterio, tiene una calidad que uno no espera encontrar más que en las grandes ciudades. En poco espacio no sólo disfruté del bien restaurado atrio, sino que aprendí de la historia de los monjes benedictinos tanto en España como Europa; conocí la evolución arquitectónica del lugar, que sigue el patrón de la orden en toda Europa; me adentré en lo que era la vida diaria de los religiosos y vi como el monasterio se desarrolló en todas sus etapas, desde su crecimiento y apogeo hasta su decadencia y abandono.
La exposición tiene cosas muy interesantes para los aficionados a la historia como yo, por ejemplo un audiovisual permite conocer todos los detalles de la regla benedictina que cada día seguían los religiosos. Y se ha hecho un excelente trabajo de rescate documental, con lo cual hoy podemos escuchar nuevas grabaciones de los antiguos cantos gregorianos, cuya letra podemos además seguir en una pantalla, por si te animas a practicar tu latín y cantar al ritmo de la música.
No puedes, además, dejar de visitar el templo anexo, que hoy mantiene su uso religioso. Esta basílica tiene un impresionante rosetón y su desarrollo estuvo totalmente ligado al del monasterio, por lo cual, conforme este adquirió poder, se convirtió en uno de los más grandes y bellos de los alrededores de Barcelona.

Espero que algún día vengas a verme a Barcelona, amigo. Y cuando lo hagas, además de enseñarte la ciudad te mostraré lugares como Sant Cugat, que están ocultos para todos los ojos salvo los que saben buscarlos.

‘Madagascar, carnet de voyage’ (2010), de Batien Dubois

Caminos Sellados fue un proyecto del que tuve el gusto de ser fundador junto a cinco periodistas de viajes de cuatro países: Patricia Catania, Naiara Lemos, Marialenia Savvaidi, Anna Boschdemont y Guillem Griera. A través de un blog y de un posterior libro de viajes, se rendía homenaje a la tarjeta postal como elemento inseparable de los viajes, y se escribían textos que mezclaban el rigor periodístico e informativo, con un estilo epistolar. Todos estos textos se publicaron originalmente en www.caminossellados.com y terminaron con un premio internacional de periodismo de viajes. 
Dado que forman una serie, los iré publicando en orden cronológico.

Publicado originalmente el 29 de junio de 2014

Amigo:

Nuestro proyecto de viaje se ha dedicado a rendir homenaje a un medio tradicional de comunicación durante un viaje, las tarjetas postales. Éstas, aunque son las más reconocidas, no son la única manera en que los viajeros han plasmado sus impresiones de un país extranjero, otro de los medios más atractivos han sido los diarios, que acompañan a una persona día tras día mientras recorre tierras extrañas, y donde al final de cada jornada se escriben las impresiones, curiosidades y aventuras, a la vez que se les acompaña de pequeños recuerdos como billetes de transporte, entradas a atracciones, fotografías o cualquier pequeño detalle que al ser observado, nos remite al lugar de donde procedieron y a la anécdota que lo hizo significativo.
Los diarios de viaje se han vuelto mucho menos comunes en estos tiempos donde la tecnología permite compartir todo al instante, pero para quienes mantienen viva su tradición son un recuerdo tangible e imborrable de las aventuras vividas lejos de casa.
Todo esto viene a cuento porque hoy quería hablarte de un precioso cortometraje que homenajea a los diarios de viaje. Madagascar, diario de viaje, de Bastien Dubois.
Dubois es un animador francés y apasionado de los viajes, quien tras visitar Madagascar, en África, decidió plasmar todas sus impresiones en un original trabajo que en once minutos nos resume sus experiencias en la isla.
Caminos, comida, bebidas, fauna, paisajes, todo forma parte de este cortometraje, que además se concentra en la gente. Las miradas de los malgache, sus sonrisas, y su curiosidad por el extraño visitante que recorrer sus pueblos para presenciar la tradicional ceremonia fúnebre de los famadihana.
Además de una animación que da en el blanco a la hora de reflejar el país, el corto de Dubois aprovecha el paisaje sonoro del país para, con cantos, música, diálogos y el sonido de ciudades, y pueblos permitirnos sentirnos inmersos en el viaje que se nos propone.
Cuando vi este corto por primera vez, me encantó, y visto por segunda ocasión sigo teniéndolo en alta estima. Creo que su mayor logro es que hace lo que todo periodista de viajes pretende lograr, transmitirnos el cariño y la pasión del viajero por el lugar en el que estuvo, y despertarnos el interés por estar allí para vivir en persona aquello que se nos cuenta.

Termino estas letras, amigo, recomendándote que te regales un maravilloso viaje a Madagascar, y que lo comiences viendo esta pequeña pero inigualable película.

Hasta la próxima.

La conexión de Malta y Portugal

Caminos Sellados fue un proyecto del que tuve el gusto de ser fundador junto a cinco periodistas de viajes de cuatro países: Patricia Catania, Naiara Lemos, Marialenia Savvaidi, Anna Boschdemont y Guillem Griera. A través de un blog y de un posterior libro de viajes, se rendía homenaje a la tarjeta postal como elemento inseparable de los viajes, y se escribían textos que mezclaban el rigor periodístico e informativo, con un estilo epistolar. Todos estos textos se publicaron originalmente en www.caminossellados.com y terminaron con un premio internacional de periodismo de viajes. 
Dado que forman una serie, los iré publicando en orden cronológico.

Publicado originalmente el 19 de junio de 2014


Querido amigo:

Hoy te escribo mientras vuelvo a recordar mi viaje a Portugal, y en particular mi paso por Oporto, de cuyos barcos te hablé hace algún tiempo.
Uno de los monumentos más famosos de la ciudad es la torre de los Clérigos, una construcción que con 75.6 metros fue durante largo tiempo el edificio más alto de la ciudad y que, aunque ya ha sido superada, sigue siendo visible desde muchos puntos de Oporto. Su importancia es tal que los portugueses la usaron para decorar una moneda conmemorativa de dos euros.
La torre de los Clérigos no es otra cosa que el campanario de la iglesia homónima, a cuya espalda se levanta. Ambas construcciones datan de finales del siglo XVIII, y fueron obra del arquitecto italiano Nicolau Nasoni.
Torre de los Clérigos

Conocí la torre en mi primer día en Portugal. Tras caminar por la plaza de la Libertad, flanqueada en toda su extensión por exquisitos palacios del siglo XIX, se llega a la rua dos Clerigos, la cual es dominada desde las alturas por la fachada de la iglesia localizada en la cima de la calle que, como muchas en la ciudad, se adapta a los desniveles del terreno.
Lamentablemente no pude entrar a la iglesia, que estaba siendo restaurada, pero sí disfrutar con su fachada de estilo barroco, que a pesar de su calidad ha tomado un lugar secundario en el interés turístico respecto a su campanario.
Contemplar la esbelta figura de éste ya merece hacer el viaje hasta allí, pero la torre permite además conocer su interior y, para quien logre subir sus 240 escalones, disfrutar de una panorámica de Oporto y de sus famosos tejados rojos que sólo pueden disfrutarse plenamente desde esta altura. Contemplando desde allí la ciudad en su conjunto, uno comienza a enamorarse de ella.

Siempre me gusta tomarme el tiempo de recordar y compartir contigo mis viajes pasados, pero estas letras sobre la torre no se deben sólo a una remembranza. Pues leyendo he descubierto una conexión entre Portugal, mi último destino, y Malta, el siguiente.
Esta conexión es gracias a Nicolau Nasoni, quien tras formarse como artista en Siena, fue invitado a Malta por el Gran Maestre de los Caballeros de San Juan, el portugués Manoel de Vilhena, quien se preocupó por embellecer la isla.
Durante dos años Nasoni trabajó como pintor creando los frescos de la cripta del Gran Maestre en la iglesia de San Juan, y los óleos en el palacio del Gran Maestre. Asimismo el arquitecto perfeccionó sus habilidades artísticas, e hizo los contactos necesarios con caballeros de origen portugués que facilitaron su contratación por la diócesis de Oporto. Ya en la ciudad de norte de Portugal desarrolló el grueso de su trabajo, creando edificios que, como la torre que te he descrito, siguen siendo íconos de la nación lusitana.

Panorámica de Porto

¿No es sorprendente como la historia enlaza de esta manera lugares y monumentos que en principio parecen tan lejanos?

Después de tener el gusto de estar en su torre de los Clérigos, ahora que estaré en Malta conoceré más del trabajo de Nasoni, y habiendo contemplado ya parte de su obra la veré con otros ojos.

Me da gusto compartir estos descubrimientos contigo, amigo, y nos seguimos escribiendo para compartir Portugal, Malta y el mundo.

jueves, 23 de abril de 2015

Los romanos en Tarragona

Caminos Sellados fue un proyecto del que tuve el gusto de ser fundador junto a cinco periodistas de viajes de cuatro países: Patricia Catania, Naiara Lemos, Marialenia Savvaidi, Anna Boschdemont y Guillem Griera. A través de un blog y de un posterior libro de viajes, se rendía homenaje a la tarjeta postal como elemento inseparable de los viajes, y se escribían textos que mezclaban el rigor periodístico e informativo, con un estilo epistolar. Todos estos textos se publicaron originalmente en www.caminossellados.com y terminaron con un premio internacional de periodismo de viajes. 
Dado que forman una serie, los iré publicando en orden cronológico.


Publicado originalmente el 5 de junio de 2014



Querido amigo:

Te escribo de nuevo para seguirte contando de mis viajes por esta Cataluña en la que ando viviendo. La semana pasada estuve en uno de sus puntos más importantes, Tarragona.

Esta ciudad tiene una de las historias más ricas de la comunidad. Su localización privilegiada llamó la atención de los comerciantes fenicios, primeros que se establecieron en ella, y más adelante fue habitada por pueblos ibéricos. Sin embargo, fue el imperio Romano el que puso a Tarragona en el mapa.
Anfiteatro romano de Tarragona
Durante las guerras púnicas la ciudad era un punto de abastecimiento para los cartagineses, por lo cual los romanos tomaron la decisión estratégica de conquistarla. Una vez que triunfaron, la entonces llamada Tarraco se convirtió en la base desde la cual Roma se expandió por la península Ibérica, y se convirtió en una de las urbes más importantes de Hispania.

Hoy Tarragona ha abrazado esta herencia romana. Sus sitios arqueológicos han llevado a la inscripción de la localidad como patrimonio de la humanidad de la UNESCO, y cada año la cultura latina es celebrada a través del festival Tarraco Viva.
Como historiador, no podía resistirme a conocer todo este pasado, y fueron los cuatro sitios arqueológicos romanos lo que más interés me generó. Es posible visitarlos todos a precio reducido con una entrada combinada, que además incluye dos casas-museo del siglo XIX.
Lo más impresionante es probablemente el anfiteatro romano, localizado justo frente al Mediterráneo, fue la sede de los combates de gladiadores, así como el lugar donde los cristianos eran martirizados cuando su religión se perseguía. Este uso fue el que permitió que el lugar se conservara hasta nuestros días pues, al ser el punto donde San Fructuoso murió quemado, fue considerado tierra santa durante el medievo y se le respetó como lugar de culto. Incluso levantaron una iglesia dentro del recinto cuyos restos aún se aprecian.

anfiteatro romano de Tarragona

Hoy es posible entrar al centro de la arena, y contemplar las gradas desde la perspectiva de los gladiadores que aquí pelearon. Aunque no haya hoy una multitud vitoreando a los peleadores, al caminar por el terreno es muy fácil sentir la adrenalina que la cercanía del público, y la necesidad de luchar por su vida provocaría en los participantes de cada combate. Es una visita esencial y que te recomiendo mucho.
El anfiteatro es sólo una de las imágenes con las que me quedo de Tarragona. Pero tendré que contarte del resto en otra ocasión. De momento te mando recuerdos y seguiremos en contacto.

Un palacio por un amor

Caminos Sellados fue un proyecto del que tuve el gusto de ser fundador junto a cinco periodistas de viajes de cuatro países: Patricia Catania, Naiara Lemos, Marialenia Savvaidi, Anna Boschdemont y Guillem Griera. A través de un blog y de un posterior libro de viajes, se rendía homenaje a la tarjeta postal como elemento inseparable de los viajes, y se escribían textos que mezclaban el rigor periodístico e informativo, con un estilo epistolar. Todos estos textos se publicaron originalmente en www.caminossellados.com y terminaron con un premio internacional de periodismo de viajes. 
Dado que forman una serie, los iré publicando en orden cronológico.

Publicado originalmente el 24 de mayo de 2014



Querida amiga:

Ya sabes que soy un romántico, y como me encantan las grandes historias de amor hoy tenía que escribirte sobre una de la que me acabo de enterar, un gran romance que ocurrió en Barcelona, y que dotó a la ciudad de un bello edificio cuyo origen es desconocido por los miles de paseantes que caminan frente a él.
El protagonista de esta historia es Enric Sagnier, nacido en Tarragona y graduado como arquitecto en 1882. Enric empezó su carrera como asistente de Francisco de Paula del Villar y más adelante diseñó la iglesia de Santa Engracia de Moncada, en un pueblo cercano a Barcelona. Mientras se ocupaba en estos trabajos, el joven, quien también era un talentoso violinista y pintor, conoció y se enamoró de Dolors Vidal Ribas i Torrent. La chica debió apreciar los muchos talentos de Sagnier pues su amor fue correspondido, por lo que decidieron casarse. Pero cuando el joven fue a pedir la mano de su amada a su padre, éste se la negó, diciéndole que no tendría a su hija hasta que fuera un arquitecto reconocido.
Los pocos trabajos de Sagnier no bastaban al señor Vidal, y el joven se dio cuenta de que para convencerle tendría que diseñar un edificio de la mayor importancia en Barcelona. Afortunadamente para él, y con motivo de la futura Exposición Universal de 1888, el barrio de La Ribera estaba pasando por una importante transformación.

Palacio de Justicia de Barcelona (Wikimedia Commons)

El arquitecto se inscribió en un concurso para diseñar la nueva sede de los juzgados y la audiencia de la ciudad, que estarían localizados a un lado del Arco del Triunfo, puerta de entrada a la exposición. Una vez que el juzgado deliberó, su proyecto fue elegido y el joven recibió la comisión de hacerse cargo del proyecto al lado de su compañero Josep Domènech. La construcción del edificio tomaría veinte años, pero en 1888 con su proyecto ganador Enric Sagnier pudo casarse con su amada Dolors.
El Palacio de Justicia de Barcelona combina la funcionalidad de la sede con la monumentalidad de la obra, y con una belleza escultórica obra de los mejores exponentes de este arte. Tiene además lienzos de grandes pintores catalanes en su interior, y aún si estos elementos artísticos estuvieran ausentes, su arquitectura de grandes cúpulas y hierro forjado llaman poderosamente la atención, convirtiéndolo en una digna vista del paseo que engalana. 
El talento mostrado por Sagnier en esta primera obra luego se confirmaría, pues a lo largo de su vida el arquitecto continuó trabajando en grandes obras tanto en Barcelona como en sus alrededores, entre las que destacan la Aduana de Barcelona, el Templo del Sagrado Corazón en el Tibidabo y las Torres de Arbide en San Sebastián. Pero no me cabe duda de que entre todas sus obras, el arquitecto siempre debió tener especial aprecio por este palacio, que no sólo es la sede de las instituciones judiciales de la ciudad, también fue la obra que le permitió consumar un gran amor. 

¿No te encantaría que alguien levantara un palacio por ti?

Te dejo con esta historia, amiga, pero volveré con otras que voy descubriendo mientras paseo por Europa. 

Hasta la próxima.

miércoles, 22 de abril de 2015

‘Bye Bye Barcelona’ (2014), de Eduardo Chibás

Caminos Sellados fue un proyecto del que tuve el gusto de ser fundador junto a cinco periodistas de viajes de cuatro países: Patricia Catania, Naiara Lemos, Marialenia Savvaidi, Anna Boschdemont y Guillem Griera. A través de un blog y de un posterior libro de viajes, se rendía homenaje a la tarjeta postal como elemento inseparable de los viajes, y se escribían textos que mezclaban el rigor periodístico e informativo, con un estilo epistolar. Todos estos textos se publicaron originalmente en www.caminossellados.com y terminaron con un premio internacional de periodismo de viajes. 
Dado que forman una serie, los iré publicando en orden cronológico.

Publicado originalmente el 18 de mayo de 2014

Amigo:

Hace unos días di un largo recorrido por Barcelona, estuve presente en sus grandes atractivos y así palomeé todos los puntos básicos de la lista de cualquier visitante: La RamblaBarcelonetaLa Sagrada FamiliaPark Güell. Lamentablemente no se trató de una visita agradable. Fue apresurado, pues el ritmo lo marcó el apretado itinerario de los guías de turistas, y molesto por la presencia de otros cientos de turistas que estorbaban el paso, la vista y el oído con sus cámaras, su ruido, sus atuendos y su aparente poco aprecio por el verdadero valor de todo lo que veían. Al terminar no pude evitar salir decepcionado, me dio la impresión de que no vi a ningún barcelonés fuera de los empleados que me atendieron en un local de comida rápida donde apuré una hamburguesa, y aunque salí con muchos recuerdos como camisetas de Lionel Messi y un sombrero de charro mexicano que una dependienta me aseguró era típico de Cataluña, me dio la impresión de que no conocí realmente la ciudad, ni su cultura, y el caos que me rodeó me dejó con pocas ganas de volver.
Esta experiencia, yo la viví viendo el documental Bye Bye Barcelona, que reflexiona sobre el impacto negativo que el turismo de masas tiene en la ciudad condal, pero miles de personas la experimentan a diario, y esto es motivo de que según algunos estudios la ciudad sea la cuarta que más defrauda a sus visitantes, además de que tiene un terrible costo sobre la calidad de vida de sus habitantes.
La película, del director Eduardo Chibás, fue presentada en el marco del Máster de Periodismo de Viajes, y todos los asistentes tuvimos la oportunidad de reflexionar sobre el tema con el cineasta, quien nos acompañó en la función. En poco menos de una hora se nos presenta un triste panorama con datos sorprendentes como el de que ocho de cada diez personas en La Rambla son turistas, que el número de visitantes a la ciudad ha pasado de 1.7 millones en 1990 a 8 millones en 2013, y que, aunque el turismo deja ingresos millonarios a la ciudad, también ha provocado el cierre de cientos de negocios tradicionales que han sido remplazados por bares e indistinguibles tiendas de súvenirs.
Chibás ha dado voz a las asociaciones de vecinos, quienes se quejan de que sus barrios ya no están hechos para vivir, pues su infraestructura está superada, pero cuyas peticiones han sido ignoradas por el ayuntamiento, quien apoyando al lobby hotelero continúa especulando con la construcción de habitaciones y negocios, haciendo de la ciudad un parque temático para el consumo masivo.
Al final reflexionamos sobre las salidas que este problema puede tener, para evitar que la ciudad se pierda para los locales, y para lograr que el turismo de calidad no huya de ella atosigado por las masas que vienen por unas horas a través de masivos cruceros que han hecho mucho daño en todo el Mediterráneo. También meditamos sobre nuestra responsabilidad como periodistas de viajes a la hora de promocionar un destino, y finalmente vimos la necesidad de que tanto Barcelona como otras grandes urbes en su situación recuperen la filosofía que las hizo atractivas en un principio: tener un proyecto de desarrollo como país para sus ciudadanos, no un proyecto de mercado para el consumo sin fin de millones de personas que pasan sin conocer.
El documental se estrenó vía internet en marzo pasado, y desde aquí te invito a verlo y a que también reflexiones sobre cómo hacer que el turismo sea algo positivo y no negativo para un destino.