lunes, 15 de junio de 2015

Sabores del Eixample

Miniguía de viaje gastronómica por el Eixample en Barcelona.

Escrita en colaboración con María José Marroquín, Gretel Pérez y Adrià Valero

Publicado originalmente en tuaventura.org el 2 de junio de 2015


Las ciudades son organismos en permanente evolución, entes con vida propia cuya metamorfosis enmarca las diversas identidades urbanas y la relación de la ciudad con sus habitantes. De igual forma, uno de los mayores atractivos de cualquier ciudad yace en la conexión que logre establecer a nivel individual y la oferta experiencia. Barcelona es una ciudad vibrante, donde la posibilidad de elección no conoce barreras, donde cada público puede encontrar un nicho y los espacios de exploración son infinitos. Más allá de su geografía y clima privilegiados, del arte, cultura y arquitectura que ha visto florecer o de la efervescente vida de sus barrios emblemáticos, Barcelona es escenario de una riqueza cultural invaluable en la que la diversidad es protagonista. Los hilos de la historia han conspirado para posicionar a Barcelona como una ciudad altamente atractiva para la inmigración y flujo incesante de personas. Se trata sin lugar a dudas de una de ciudad cosmopolita en todo el sentido de la palabra, en la que convergen individuos y grupos humanos de todos y cada uno de los rincones del planeta dejando mella en la cara e identidad de la ciudad. La siguiente guía se ha planteado como un recurso de exploración de esa Barcelona multicultural a través de uno de los elementos culturales más ricos y distintivos: la gastronomía. A través de un viaje culinario y de diferentes productos gastronómicos intentaremos dar testimonio de esa multiculturalidad invitando a los lectores a conocer una Barcelona en la que es posible probar y conocer el mundo sin salir del fascinante espacio de la capital catalana.

 Andino Restaurant
Alta cocina peruana

Cuando Juan Carlos Palomino llegó hace catorce años a Barcelona desde su natal Huancayo en Perú, notó que a pesar del importante número de peruanos radicados en la ciudad, eran muy pocos los espacios donde se podía disfrutar de una verdadera gastronomía del país andino. Así, lo que suponía ser una visita a su hermana terminó convirtiéndose en un proyecto de vida que ha visto evolucionar y prosperar hasta convertirse en uno de los restaurantes peruanos más reputados de la zona de Sagrada Familia.
Por muchos años Andino se dedicó exclusivamente a servir el típico pollo asado del Perú que solía ser difícil de encontrar en Barcelona, pero desde hace un par de años ha ampliado su carta convirtiéndola en un verdadero deleite para los sentidos. Desde su famoso ají de gallina, pasando por maravillosos y copiosos ceviches y tiraditos hasta anticuchos o un clásico lomo saltado, hay opción de más para satisfacer cualquier paladar. Las bebidas y postres también tienen su protagonismo y nunca sobra alguien que se acerque para disfrutar de un buen Pisco Sour, una chica morada o una atemporal Inca Kola: “la bebida del Perú”.

Pero para Juan Carlos, lo verdaderamente importante y su mayor ganancia a través de los años ha sido poder mostrarle a la clientela no peruana (que es bastante numerosa) su cultura y la riqueza de la misma a través de la gastronomía. Por eso es muy cuidadoso con los ingredientes que escoge para no ser tomado como imitación, pues entiende que Barcelona es una plataforma hacia el mundo. Comprende que para muchas de las personas que atienda ajenas a su cultura, ya sean españoles o turistas de innumerables nacionalidades, su cocina representa una ventana hacia su tierra natal,  una oportunidad como pocas de viajar a través de los sentidos sembrando curiosidad y una imagen positiva del país que hace tantos años dejó.
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Paprika Gourmet
Gastrocultura Húngara
Cuando se da una pareja entre un español y una húngara amantes de la gastronomía, algo bueno tiene que surgir. Y en este caso surgió, para el privilegio de Barcelona, Paprika Gourmet. Un bistró pensado para ir más allá de la simple gastronomía y acercarse al concepto de gastrocultura que aquí con tanto encanto cobra vida.

La paprika es a Hungría lo que la Sagrada Familia a Barcelona”

Daniel Moreno y Veronika Fazekias, sus proprietarios, afirman que detrás de Paprika está la idea de llenar un vacío existente en el mercado que acerque al español con la gastrocultura centro europea permitiéndole acceder a productos únicos. A pesar de que el plato húngaro más reconocido al nivel mundial sea el goulash, en Paprika el producto estrella es el pastrami, maravilloso jamón de ternera sazonado con especias. De origen judío centroeuropeo y muy popular en Estado Unidos, el pastrami ha sabido traspasar tiempo, historia y fronteras para llegar hasta Barcelona. Y para acompañar un bocadillo de pastrami con mostaza y horseradish ¿qué mejor que una buena choucroute, pepinos curados y un vino húngaro?
Este lugar es acogedor, su decoración y ambiente invitan a explorar y preguntar con calma acerca de los productos que llenan las estanterías, a pasar el tiempo inmerso en una cultura diferente.

La Taquería
Gastronomía tradicional mexicana

Desde que vivía en la ciudad de México, Héctor Tlaseca siempre quiso tener una taquería. Esa idea quedó olvidada mucho tiempo, pero cuando este chilango vino a vivir a Barcelona y padeció la poca calidad de los restaurantes denominados como mexicanos, tomó la decisión de retomar su proyecto y arriesgarse con un negocio que ofreciera auténtica comida mexicana callejera a sus clientes.
Junto a otros dos socios se puso manos a la obra y el 12 de junio de 2012 abrieron La Taquería en un pequeño local junto a la Sagrada Familia. El objetivo de ofrecer una auténtica gastronomía mexicana se cumplió y el testimonio de ello es que el 80% de su clientela son mexicanos residentes en la ciudad condal.

La Taquería no sólo ofrece comida, sino que su ambiente es también auténticamente mexicano. La música es de diferentes estilos, pero siempre de ese país; los platos, saleros, mesas y utensilios son los mismos que se encontrarían en cualquier pequeña fonda mexicana; la carta está llena de expresiones y humor que dan un ambiente informal, y que, con frases como “para comer chingón”, “pásele güero”, “chescos” o “sooopas wey”, que todo mexicano reconoce como propias, se logra que todo comensal se pueda sentir en México por un momento.


La carta está llena de platillos como los tacos, las quesadillas y el guacamole, hechos con ingredientes traídos de México o conseguidos en España. Pero la posibilidad de probar diferentes platos existe cada semana, pues los sábados se prepara un platillo especial elegido por los clientes del local vía Facebook. La experiencia también puede llevarse a casa, pues el éxito del lugar llevó a que justo frente a él se abriera una tienda, donde puedes comprar los ingredientes y hacerte tus propios tacos en casa.



Xix Kebab
Alta cocina siria
Iskandar vivía en Alepo, Siria. De joven, las cosas le iban bien a su familia, cosa que le permitió venir a Barcelona en 1972 para continuar con sus estudios. Él estudiaba medicina y la ciudad condal era una buena oportunidad de hacer carrera. En su familia, haciendo honor a la fama siria, son buenos negociantes así que Iskandar decidió abrir un negocio para poder pagar sus gastos en Barcelona. Así surgió un bar de zumos de frutas que regentó con mucha ilusión.

Aun así, él siempre quiso abrir un restaurante, sobretodo de  la gastronomía de su país, Siria. Esto se hizo realidad después de conocer a Montse, la que ahora es su mujer. En 1984 entre los dos abrieron el Xix Kebab, un restaurante de comida siria tradicional en pleno Eixample de Barcelona, justo al lado del Hospital Clínic.

El Xix Kebab es un restaurante de plato y cubierto, nada que ver con el fast food”

En aquel momento el Eixample no era una zona tan turística como ahora, pues los turistas se concentraban en el Gòtic y los entornos de la Plaça Catalunya. Aun así, la fama del distrito se fue extendiendo como lugar de referencia gastronómica y son muchos los barceloneses que acuden a restaurantes como el Xix Kebab a probar comidas de otros lugares del mundo. Así pues, el Xix Kebab está muy frecuentado por los propios barceloneses desde su apertura, dato que demuestra la gran integración en Barcelona de los hosteleros extranjeros como Iskandar.
El Xix Kebab, que debe su nombre a Sish (pincho) y Kebab (carne cocinada con yogur), sirve platos de comida típica siria de alta cocina elaborados tradicionalmente. Aunque su nombre lo recuerde no tiene nada que ver con los kebab de comida rápida que se han popularizado últimamente.
Sus platos estrella son entrantes fríos basados en garbanzos y otras legumbres como el hummus, el muhammara y el mutabbal. También son muy recomendables los tes artesanales elaborados por ellos mismos y las carnes kebab cocinadas con yogur.

El local del Xix Kebab tampoco tiene nada que envidiar a ningún otro restaurante. La decoración es completamente originaria de Siria y te hace sentirte, sin duda, en el Oriente Medio. La mantelería típica está perfectamente cuidada y las lámparas parecen dignas de la antigua Persia. Unas  pipas de agua (shishas) originalmente expuestas, que pueden ofrecer para su uso en la terraza, completan la estética del restaurante.

Adaptándose a las demandas actuales, el Xix Kebab también ofrece menús y hasta hace poco hacían actuaciones en directo de música siria y danza del vientre. Esto último, no lo han podido mantener por la decreciente demanda, pero esperan poder retomarlo muy pronto.


Bombay City
Cocina Hindú
Bombay city, así como lo indica su nombre, es un restaurante especializado en comida de la India. Los cocineros se encargan de traer el auténtico sabor hindú a Barcelona a través de sus platos e ingredientes utilizados en la más exquisita comida. Con apenas dos meses de vida, el Bombay City ya cuenta con un gran flujo de clientes.

Su chef y también propietario Gupi, comenta que en todas sus comidas se utilizan las mejores hierbas y especias para asegurar la calidad y el sabor en sus platos. Es él mismo la persona encargada de recibir a los clientes y atenderlos de la mejor manera posible, para que todo el mundo quede satisfecho. Gupi es natural de la India, país que dejó hace algunos años para llegar a Barcelona y centrarse en la planificación y construcción del restaurante.
El menú se divide en varias secciones: Bombay, Taj Majal, Tadka y Lal Quila. En esta amplia carta se pueden encontrar desde el pan hindú, algunas variedades de arroces, platos basados en pollo y cordero, pescado, verduras y tandoori. Tampoco faltan postres típicos y batidos conocidos como lassi. El Bombay City cuenta con un ambiente acogedor y sencillo para disfrutar de la comida típica de la India.


Pitachok

Tienda Rusa

 Atravesar el umbral de Pitachok es lo más parecido a una experiencia de teletransportación. A quien se aventure en esta pequeña pero abundante tienda, dejará Barcelona por un momento para adentrarse en un universo ruso por excelencia.
Cualquier referente en castellano se deja en la entrada para dar paso al alfabeto cirílico y a lenguas varias que van desde el ruso o ucraniano hasta el estonio ya que como explica Irina Tirskaya, su propietaria, Rusia fue alguna vez muchas Rusias. De esta idea se desprende la filosofía de Pitachok, una espacio que pretende brindar productos que se conseguirían en cualquier tienda en Rusia más que simplemente productos “tradicionales” rusos. Lo legados culturales de las naciones que alguna vez compusieron la Unión Soviética aún siguen latentes en la cotidianidad rusa y por eso tanto allí como en Pitachok se puede adquirir desde una cerveza Lituana hasta un clásico kumis de Kazajstán.
Irina, llegó a España hace unos años pues su marido es de origen español con la idea de encontrar trabajo pero viendo que esta labor no dio frutos se decidió a abrir Pitachock quien cuenta hoy con clientela fija tanto de origen ruso como español. Irina comenta que a su tienda llegan muchos curiosos que se fían únicamente  del vodka y el caviar, pero una vez que ella se toma el tiempo de explicar sus diversos productos se animan a probar cosas nuevas y vuelven gustosos. Este espacio que debe su nombre a la versión rusa de Winnie the Pooh y donde matrioskas y otros detalles rusos reciben al visitante es una prueba más de que la multiculturalidad en Barcelona no tiene límite.