Miniguía de viaje gastronómica por el
Eixample en Barcelona.
Escrita en colaboración con
María José Marroquín, Gretel Pérez y Adrià Valero
Publicado originalmente en tuaventura.org el 2 de junio de 2015
Las ciudades son organismos en permanente evolución, entes con vida propia cuya
metamorfosis enmarca las diversas identidades urbanas y la relación de la ciudad con sus
habitantes. De igual forma, uno de los mayores atractivos de cualquier ciudad yace en la
conexión que logre establecer a nivel individual y la oferta experiencia.
Barcelona es una ciudad vibrante, donde la posibilidad de elección no conoce barreras, donde
cada público puede encontrar un nicho y los espacios de exploración son infinitos. Más allá de
su geografía y clima privilegiados, del arte, cultura y arquitectura que ha visto florecer o de la
efervescente vida de sus barrios emblemáticos, Barcelona es escenario de una riqueza cultural
invaluable en la que la diversidad es protagonista.
Los hilos de la historia han conspirado para posicionar a Barcelona como una ciudad altamente
atractiva para la inmigración y flujo incesante de personas. Se trata sin lugar a dudas de una de
ciudad cosmopolita en todo el sentido de la palabra, en la que convergen individuos y grupos
humanos de todos y cada uno de los rincones del planeta dejando mella en la cara e identidad
de la ciudad.
La siguiente guía se ha planteado como un recurso de exploración de esa Barcelona
multicultural a través de uno de los elementos culturales más ricos y distintivos: la
gastronomía. A través de un viaje culinario y de diferentes productos gastronómicos
intentaremos dar testimonio de esa multiculturalidad invitando a los lectores a conocer una
Barcelona en la que es posible probar y conocer el mundo sin salir del fascinante espacio de la
capital catalana.
Andino Restaurant
Alta cocina peruana
Cuando Juan Carlos Palomino llegó hace
catorce años a Barcelona desde su natal Huancayo
en Perú, notó que a pesar del
importante número de peruanos radicados en la ciudad, eran muy pocos los
espacios donde se podía disfrutar de una verdadera gastronomía del país andino.
Así, lo que suponía ser una visita a su hermana terminó convirtiéndose en un
proyecto de vida que ha visto evolucionar y prosperar hasta convertirse en uno
de los restaurantes peruanos más
reputados de la zona de Sagrada Familia.
Por muchos años Andino se dedicó exclusivamente a servir el típico pollo asado del
Perú que solía ser difícil de encontrar en Barcelona, pero desde hace un par de
años ha ampliado su carta convirtiéndola en un verdadero deleite para los
sentidos. Desde su famoso ají de gallina, pasando por maravillosos y copiosos ceviches y tiraditos hasta anticuchos
o un clásico lomo saltado, hay opción de más para satisfacer cualquier paladar.
Las bebidas y postres también tienen su protagonismo y nunca sobra alguien que
se acerque para disfrutar de un buen Pisco
Sour, una chica morada o una
atemporal Inca Kola: “la bebida del
Perú”.
Pero para Juan Carlos, lo verdaderamente importante y su mayor ganancia a
través de los años ha sido poder mostrarle a la clientela no peruana (que es
bastante numerosa) su cultura y la riqueza de la misma a través de la
gastronomía. Por eso es muy cuidadoso con los ingredientes que escoge para no
ser tomado como imitación, pues entiende que Barcelona es una plataforma hacia
el mundo. Comprende que para muchas de las personas que atienda ajenas a su
cultura, ya sean españoles o turistas de innumerables nacionalidades, su cocina
representa una ventana hacia su tierra natal,
una oportunidad como pocas de viajar a través de los sentidos sembrando
curiosidad y una imagen positiva del país que hace tantos años dejó.
.
Paprika
Gourmet
Gastrocultura Húngara
Cuando se da una pareja entre un español y
una húngara amantes de la gastronomía, algo bueno tiene que surgir. Y en este
caso surgió, para el privilegio de Barcelona, Paprika Gourmet. Un bistró
pensado para ir más allá de la simple gastronomía y acercarse al concepto de gastrocultura
que aquí con tanto encanto cobra vida.
“La
paprika es a Hungría lo que la Sagrada Familia a Barcelona”
Daniel Moreno y
Veronika Fazekias, sus proprietarios, afirman que detrás de Paprika está la
idea de llenar un vacío existente en el mercado que acerque al español con la gastrocultura centro europea
permitiéndole acceder a productos únicos. A pesar de que el plato húngaro más
reconocido al nivel mundial sea el goulash, en Paprika el producto estrella es
el pastrami, maravilloso jamón de
ternera sazonado con especias. De origen judío centroeuropeo y muy popular en
Estado Unidos, el pastrami ha sabido traspasar tiempo, historia y fronteras
para llegar hasta Barcelona. Y para acompañar un bocadillo de pastrami con
mostaza y horseradish ¿qué mejor que
una buena choucroute, pepinos
curados y un vino húngaro?
Este lugar es acogedor, su decoración
y ambiente invitan a explorar y preguntar con calma acerca de los productos que
llenan las estanterías, a pasar el tiempo inmerso en una cultura diferente.
La
Taquería
Gastronomía
tradicional mexicana
Desde que vivía en la ciudad de México, Héctor Tlaseca siempre quiso tener una taquería.
Esa idea quedó olvidada mucho tiempo, pero cuando este chilango vino a vivir a
Barcelona y padeció la poca calidad de los restaurantes denominados como
mexicanos, tomó la decisión de retomar su proyecto y arriesgarse con un negocio
que ofreciera auténtica comida mexicana callejera a sus clientes.
Junto a otros dos socios se puso
manos a la obra y el 12 de junio de 2012 abrieron La Taquería en un
pequeño local junto a la Sagrada Familia.
El objetivo de ofrecer una auténtica gastronomía mexicana se cumplió y el
testimonio de ello es que el 80% de su clientela son mexicanos residentes en la
ciudad condal.
La Taquería no sólo
ofrece comida, sino que su ambiente
es también auténticamente mexicano.
La música es de diferentes estilos,
pero siempre de ese país; los platos, saleros, mesas y utensilios son los
mismos que se encontrarían en cualquier pequeña fonda mexicana; la carta está
llena de expresiones y humor que dan un ambiente informal, y que, con frases
como “para comer chingón”, “pásele güero”, “chescos” o “sooopas wey”, que todo
mexicano reconoce como propias, se logra que todo comensal se pueda sentir en
México por un momento.
La carta está llena
de platillos como los tacos, las quesadillas y el guacamole,
hechos con ingredientes traídos de México o conseguidos en España. Pero la
posibilidad de probar diferentes platos existe cada semana, pues los sábados se
prepara un platillo especial elegido
por los clientes del local vía Facebook. La experiencia también puede llevarse
a casa, pues el éxito del lugar llevó a que justo frente a él se abriera una tienda, donde puedes comprar los
ingredientes y hacerte tus propios tacos en casa.
Xix
Kebab
Alta
cocina siria
Iskandar vivía en Alepo, Siria. De joven, las cosas le
iban bien a su familia, cosa que le permitió venir a Barcelona en 1972 para
continuar con sus estudios. Él estudiaba medicina y la ciudad condal era una
buena oportunidad de hacer carrera. En su familia, haciendo honor a la fama siria,
son buenos negociantes así que Iskandar decidió abrir un negocio para poder
pagar sus gastos en Barcelona. Así surgió un bar de zumos de frutas que regentó
con mucha ilusión.
Aun así, él siempre quiso abrir un
restaurante, sobretodo de la gastronomía
de su país, Siria. Esto se hizo realidad después de conocer a Montse, la que
ahora es su mujer. En 1984 entre los dos abrieron el Xix Kebab, un
restaurante de comida siria tradicional en pleno Eixample de Barcelona, justo al lado del Hospital Clínic.
“El
Xix Kebab es un restaurante de plato y cubierto, nada que ver con el fast food”
En aquel momento el Eixample no era una zona tan
turística como ahora, pues los turistas se concentraban en el Gòtic y los entornos de la Plaça Catalunya. Aun así, la fama del
distrito se fue extendiendo como lugar de referencia gastronómica y son muchos
los barceloneses que acuden a restaurantes como el Xix Kebab a probar comidas
de otros lugares del mundo. Así pues, el Xix Kebab está muy frecuentado por los
propios barceloneses desde su apertura, dato que demuestra la gran integración
en Barcelona de los hosteleros extranjeros como Iskandar.
El Xix Kebab, que debe su
nombre a Sish (pincho) y Kebab (carne cocinada con yogur), sirve
platos de comida típica siria de alta cocina elaborados
tradicionalmente. Aunque su nombre lo recuerde no tiene nada que ver con los
kebab de comida rápida que se han popularizado últimamente.
Sus platos estrella son entrantes
fríos basados en garbanzos y otras legumbres como el hummus, el muhammara
y el mutabbal. También son muy recomendables los tes artesanales
elaborados por ellos mismos y las carnes kebab cocinadas con yogur.
El local del Xix Kebab tampoco tiene nada que envidiar a ningún otro
restaurante. La decoración es completamente originaria de Siria y te hace
sentirte, sin duda, en el Oriente Medio. La mantelería típica está
perfectamente cuidada y las lámparas parecen dignas de la antigua Persia.
Unas pipas de agua (shishas)
originalmente expuestas, que pueden ofrecer para su uso en la terraza,
completan la estética del restaurante.
Adaptándose a las demandas actuales,
el Xix Kebab también ofrece menús y hasta hace poco hacían actuaciones
en directo de música siria y danza del vientre. Esto último, no lo han
podido mantener por la decreciente demanda, pero esperan poder retomarlo muy
pronto.
Bombay
City
Cocina
Hindú
Bombay
city,
así como lo indica su nombre, es un restaurante especializado en comida de la India. Los cocineros se encargan de
traer el auténtico sabor hindú a Barcelona a través de sus platos e
ingredientes utilizados en la más exquisita comida. Con apenas dos meses de vida,
el Bombay City ya cuenta con un gran flujo de clientes.
Su chef y también propietario Gupi, comenta
que en todas sus comidas se utilizan las mejores hierbas y especias para
asegurar la calidad y el sabor en sus platos. Es él mismo la persona encargada
de recibir a los clientes y atenderlos de la mejor manera posible, para que
todo el mundo quede satisfecho. Gupi es natural de la India, país que dejó hace
algunos años para llegar a Barcelona y centrarse en la planificación y
construcción del restaurante.
El menú se divide en varias
secciones: Bombay, Taj Majal, Tadka y Lal Quila. En
esta amplia carta se pueden encontrar desde el pan hindú, algunas variedades de arroces, platos basados en pollo
y cordero, pescado, verduras y tandoori. Tampoco faltan postres
típicos y batidos conocidos como lassi.
El Bombay City cuenta con un ambiente acogedor y sencillo para disfrutar de la
comida típica de la India.
Pitachok
Tienda
Rusa
Atravesar el umbral de Pitachok es lo más parecido a una
experiencia de teletransportación. A quien se aventure en esta pequeña pero
abundante tienda, dejará Barcelona por un momento para adentrarse en un universo ruso por excelencia.
Cualquier referente en castellano se
deja en la entrada para dar paso al alfabeto cirílico y a lenguas varias que
van desde el ruso o ucraniano hasta el estonio ya que como explica Irina
Tirskaya, su propietaria, Rusia fue alguna vez muchas Rusias. De esta idea se
desprende la filosofía de Pitachok, una espacio que pretende brindar productos
que se conseguirían en cualquier tienda en Rusia más que simplemente productos
“tradicionales” rusos. Lo legados
culturales de las naciones que alguna vez compusieron la Unión Soviética
aún siguen latentes en la cotidianidad rusa y por eso tanto allí como en
Pitachok se puede adquirir desde una cerveza Lituana hasta un clásico kumis de
Kazajstán.
Irina, llegó a España hace unos años
pues su marido es de origen español con la idea de encontrar trabajo pero
viendo que esta labor no dio frutos se decidió a abrir Pitachock quien cuenta
hoy con clientela fija tanto de origen ruso como español. Irina comenta que a
su tienda llegan muchos curiosos que se fían únicamente del vodka y el caviar, pero una vez que ella
se toma el tiempo de explicar sus diversos productos se animan a probar cosas
nuevas y vuelven gustosos. Este espacio que debe su nombre a la versión rusa de
Winnie the Pooh y donde matrioskas y otros detalles rusos reciben al visitante
es una prueba más de que la multiculturalidad en Barcelona no tiene límite.