viernes, 24 de abril de 2015

La conexión de Malta y Portugal

Caminos Sellados fue un proyecto del que tuve el gusto de ser fundador junto a cinco periodistas de viajes de cuatro países: Patricia Catania, Naiara Lemos, Marialenia Savvaidi, Anna Boschdemont y Guillem Griera. A través de un blog y de un posterior libro de viajes, se rendía homenaje a la tarjeta postal como elemento inseparable de los viajes, y se escribían textos que mezclaban el rigor periodístico e informativo, con un estilo epistolar. Todos estos textos se publicaron originalmente en www.caminossellados.com y terminaron con un premio internacional de periodismo de viajes. 
Dado que forman una serie, los iré publicando en orden cronológico.

Publicado originalmente el 19 de junio de 2014


Querido amigo:

Hoy te escribo mientras vuelvo a recordar mi viaje a Portugal, y en particular mi paso por Oporto, de cuyos barcos te hablé hace algún tiempo.
Uno de los monumentos más famosos de la ciudad es la torre de los Clérigos, una construcción que con 75.6 metros fue durante largo tiempo el edificio más alto de la ciudad y que, aunque ya ha sido superada, sigue siendo visible desde muchos puntos de Oporto. Su importancia es tal que los portugueses la usaron para decorar una moneda conmemorativa de dos euros.
La torre de los Clérigos no es otra cosa que el campanario de la iglesia homónima, a cuya espalda se levanta. Ambas construcciones datan de finales del siglo XVIII, y fueron obra del arquitecto italiano Nicolau Nasoni.
Torre de los Clérigos

Conocí la torre en mi primer día en Portugal. Tras caminar por la plaza de la Libertad, flanqueada en toda su extensión por exquisitos palacios del siglo XIX, se llega a la rua dos Clerigos, la cual es dominada desde las alturas por la fachada de la iglesia localizada en la cima de la calle que, como muchas en la ciudad, se adapta a los desniveles del terreno.
Lamentablemente no pude entrar a la iglesia, que estaba siendo restaurada, pero sí disfrutar con su fachada de estilo barroco, que a pesar de su calidad ha tomado un lugar secundario en el interés turístico respecto a su campanario.
Contemplar la esbelta figura de éste ya merece hacer el viaje hasta allí, pero la torre permite además conocer su interior y, para quien logre subir sus 240 escalones, disfrutar de una panorámica de Oporto y de sus famosos tejados rojos que sólo pueden disfrutarse plenamente desde esta altura. Contemplando desde allí la ciudad en su conjunto, uno comienza a enamorarse de ella.

Siempre me gusta tomarme el tiempo de recordar y compartir contigo mis viajes pasados, pero estas letras sobre la torre no se deben sólo a una remembranza. Pues leyendo he descubierto una conexión entre Portugal, mi último destino, y Malta, el siguiente.
Esta conexión es gracias a Nicolau Nasoni, quien tras formarse como artista en Siena, fue invitado a Malta por el Gran Maestre de los Caballeros de San Juan, el portugués Manoel de Vilhena, quien se preocupó por embellecer la isla.
Durante dos años Nasoni trabajó como pintor creando los frescos de la cripta del Gran Maestre en la iglesia de San Juan, y los óleos en el palacio del Gran Maestre. Asimismo el arquitecto perfeccionó sus habilidades artísticas, e hizo los contactos necesarios con caballeros de origen portugués que facilitaron su contratación por la diócesis de Oporto. Ya en la ciudad de norte de Portugal desarrolló el grueso de su trabajo, creando edificios que, como la torre que te he descrito, siguen siendo íconos de la nación lusitana.

Panorámica de Porto

¿No es sorprendente como la historia enlaza de esta manera lugares y monumentos que en principio parecen tan lejanos?

Después de tener el gusto de estar en su torre de los Clérigos, ahora que estaré en Malta conoceré más del trabajo de Nasoni, y habiendo contemplado ya parte de su obra la veré con otros ojos.

Me da gusto compartir estos descubrimientos contigo, amigo, y nos seguimos escribiendo para compartir Portugal, Malta y el mundo.

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