Caminos Sellados fue un proyecto del que tuve el gusto de ser fundador junto a cinco periodistas de viajes de cuatro países: Patricia Catania, Naiara Lemos, Marialenia Savvaidi, Anna Boschdemont y Guillem Griera. A través de un blog y de un posterior libro de viajes, se rendía homenaje a la tarjeta postal como elemento inseparable de los viajes, y se escribían textos que mezclaban el rigor periodístico e informativo, con un estilo epistolar. Todos estos textos se publicaron originalmente en www.caminossellados.com y terminaron con un premio internacional de periodismo de viajes.
Dado que forman una serie, los iré publicando en orden cronológico.
Publicado originalmente el 29 de junio de 2014
Publicado originalmente el 29 de junio de 2014
Amigo:
Nuestro proyecto de viaje se ha dedicado a rendir homenaje a un medio tradicional de comunicación durante un viaje, las tarjetas postales. Éstas, aunque son las más reconocidas, no son la única manera en que los viajeros han plasmado sus impresiones de un país extranjero, otro de los medios más atractivos han sido los diarios, que acompañan a una persona día tras día mientras recorre tierras extrañas, y donde al final de cada jornada se escriben las impresiones, curiosidades y aventuras, a la vez que se les acompaña de pequeños recuerdos como billetes de transporte, entradas a atracciones, fotografías o cualquier pequeño detalle que al ser observado, nos remite al lugar de donde procedieron y a la anécdota que lo hizo significativo.
Los diarios de viaje se han vuelto mucho menos comunes en estos tiempos donde la tecnología permite compartir todo al instante, pero para quienes mantienen viva su tradición son un recuerdo tangible e imborrable de las aventuras vividas lejos de casa.
Todo esto viene a cuento porque hoy quería hablarte de un precioso cortometraje que homenajea a los diarios de viaje. Madagascar, diario de viaje, de Bastien Dubois.
Dubois es un animador francés y apasionado de los viajes, quien tras visitar Madagascar, en África, decidió plasmar todas sus impresiones en un original trabajo que en once minutos nos resume sus experiencias en la isla.
Caminos, comida, bebidas, fauna, paisajes, todo forma parte de este cortometraje, que además se concentra en la gente. Las miradas de los malgache, sus sonrisas, y su curiosidad por el extraño visitante que recorrer sus pueblos para presenciar la tradicional ceremonia fúnebre de los famadihana.
Además de una animación que da en el blanco a la hora de reflejar el país, el corto de Dubois aprovecha el paisaje sonoro del país para, con cantos, música, diálogos y el sonido de ciudades, y pueblos permitirnos sentirnos inmersos en el viaje que se nos propone.
Cuando vi este corto por primera vez, me encantó, y visto por segunda ocasión sigo teniéndolo en alta estima. Creo que su mayor logro es que hace lo que todo periodista de viajes pretende lograr, transmitirnos el cariño y la pasión del viajero por el lugar en el que estuvo, y despertarnos el interés por estar allí para vivir en persona aquello que se nos cuenta.
Termino estas letras, amigo, recomendándote que te regales un maravilloso viaje a Madagascar, y que lo comiences viendo esta pequeña pero inigualable película.
Hasta la próxima.
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